EL NIÑO Y SUS DERECHOS HUMANOS.
En primer lugar, debemos definir qué es ser niño.
Un niño es un ser humano donde todavía no ha alcanzado la pubertad, por lo tanto, está en su niñez. Se desarrolla a través de experiencias y aprendizajes donde le permitirá formarse como adulto.
Los niños cuando nacen, son niños que no
tienen ninguna información y a medida que van creciendo, van
adquiriendolo. Su personalidad dependerá
mucho de cómo se haya criado y educado. Por lo tanto, cuando son pequeños van
obteniendo mucha información que es bueno para ellos e incluso necesitan amor y
apoyo para poder desarrollarse.
Los derechos humanos son muy importantes y necesarias para todas las personas que forman parte de una sociedad, donde gracias a ellas, son capaces de sobrevivir, de desarrollarse y de respetarse de manera digna. Son universales, indivisibles e interdependientes.
Para dar lugar a los derechos humanos de los niños, destacamos la Convención sobre los Derechos del Niño, consiste en un tratado internacional donde obliga a todos los gobiernos a cumplir los derechos económicos, sociales, culturales y políticos de todos los niños y niñas. Fue aprobado el 20 de noviembre de 1989, donde a partir de 1990, se convirtió en ley.
Esta Convención está formada por 18 expertos en los derechos de la infancia que proceden de diferentes países. Ofrece tres tipos de protocolos:
1. Protocolo a la venta de los niños y la prostitución infantil.
2. Protocolo a la participación de los niños en los conflictos armados.
Los cuatro derechos más importantes que debe tener los niños son:
- Interés superior del niño, se tiene que tener en cuenta cualquier cosa que pueda afectar al niño así como cualquier cosa que sea lo mejor para él.
- Derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo.
- NO DISCRIMINACIÓN, todos los niños y niñas tienen los mismos derechos dando igual el color, su religión, su sexo, sus ideas, su procedencia, etcétera.
- Participación. Darles la oportunidad de participar aportando sus ideas sobre cualquier tema así como consultarles sobre situaciones que les puedan afectar.
"No hay causa que merezca
más alta prioridad que la
protección y el desarrollo del
niño, de quien dependen la
supervivencia, la estabilidad y
el progreso de todas las
naciones y, de hecho, de la
civilización humana".
Plan de Acción de la Cumbre Mundial a favor
de la Infancia, 30 de septiembre de 1990
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